El Comité Superior Presidencial de Asuntos de las Iglesias del Estado de Palestina condenó la continua agresión de los colonos extremistas y la potencia ocupante contra la Mezquita Al-Aqsa y los fieles en ella, considerándola un terrorismo de estado organizado, que continúa ante los ojos y oídos del mundo entero y que tiene la responsabilidad total de detener y poner fin a las violaciones de los lugares santos, que arrastrarán a toda la región a una guerra religiosa.
En una declaración emitida por el Dr. Ramzi Khoury, Presidente del Comité y Director General del Fondo Nacional Palestino, hizo un llamado a todos los creyentes, Iglesias y clero, a declarar sus posiciones explícitas y condenar estas violaciones contra la Mezquita Al-Aqsa y denunciar los ataques en curso sobre los fieles que están cometiendo las fuerzas de la ocupación, que coinciden con las fiestas y eventos islámicos. Estas violaciones son un crimen que debe ser detenido y sus perpetradores y partidarios deben rendir cuentas, porque ofenden a todas las religiones y no representan los valores y principios nobles de ninguna religión.
“En lugar de brindar protección a los lugares sagrados y a los civiles en la ciudad de Jerusalén de conformidad con las obligaciones impuestas por el derecho internacional y los Convenios de Ginebra pertinentes, que garantizan la libertad de culto: la potencia ocupante participa en la selección de esos lugares sagrados al permitir que mil extremistas judíos, que irrumpieron por la fuerza en la mezquita de Al-Aqsa el día de la memoria de la “destrucción del templo”, que fue acompañada de asalto, represión y persecución contra los fieles para asegurar la protección de los colonos extremistas, todos los cuales son actos clasificados por el derecho internacional como delitos que requieren responsabilidad y castigo”
El comité también pidió a las instituciones internacionales pertinentes que asuman sus responsabilidades para detener estas continuas violaciones, brindar protección a las instituciones islámicas y cristianas y a sus fieles, y levantar todas las formas de asedio y restricciones a los lugares religiosos en la ciudad de Jerusalén, cuyos barrios y los alrededores están sujetos a un proceso sistemático de desplazamiento y limpieza étnica, como está ocurriendo ahora en Sheikh Jarrah, Batn Al-Hawa, Al-Bustan y en Silwan.
El Comité saludó a los ciudadanos de Jerusalen, musulmanes y cristianos, y les pide sean fuertes ante los ataques diarios y las repetidas incursiones en la mezquita de Al-Aqsa y también los ataques contra los lugares sagrados cristianos por parte de la potencia ocupante y las bandas de colonos judíos extremistas, que se intensificaron pocos días antes Eid al-Adha.